Hoy he estado en la oficina de la Agencia Tributaria (vulgo
Hacienda), más cercana a mi domicilio, pues tenía que conseguir un certificado
y me pillaba de paso.
Ya sabes lo que me ha ocurrido, ¿verdad? A ti también te ha
pasado, ¿verdad?
Pues sí, no he podido arreglar nada porque tendría que haber
pedido “cita previa”.
¡Cachis! ¡Qué torpeza la mía! ¡Pero cómo se me ocurre a mí
ir a ningún organismo del Sr. Estado sin haber concertado antes una cita! ¡Pero
a quién se le ocurre!
(Nota: “cita previa” es lo mismo que el “vuelva usted mañana”
de Larra, pero adaptado a nuestro tiempo)
El caso es que allí había más funcionarios sentados detrás de sus
mesas de escritorio, cada uno ocupadísimo con su ordenador, que “clientes” esperando. Pero da
igual: si no tienes cita previa te vas a tener que ir. Te pongas como te pongas.
Por tu bien.
Por tu comodidad.
Por tu bien.
Por tu comodidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario